This month marks 16 years since I stood at the altar for the very first time as a bilingual wedding officiant. What began as a simple desire to help couples express their love in meaningful, personalized ways has blossomed into a calling I’m deeply honored to live every day.

I started with humble beginnings - right out of my own little chapel inside my home on the southside of Oklahoma City. At the time, I was the only bilingual Latina wedding officiant in the Oklahoma City area. There were no examples for me to follow, no blueprint, and very little representation. I simply followed my heart, answered the need in my community, and opened my door (literally) to couples who wanted a ceremony that reflected both their language and their culture.

As a bilingual wedding officiant, I’ve had the unique privilege of uniting people across languages, cultures, and traditions. I’ve stood in front of hundreds of couples - Mexican, Puerto Rican, Salvadoran, Guatemalan, Dominican, Venezuelan, Colombian and so many more! Helping couples far and wide to blend families, faiths, and heritage into one unforgettable moment. Whether we’re weaving in el lazo y las arras, custom vows, or bilingual blessings, each ceremony reflects the truth that love has no borders.

Over the years, I’ve married couples from all walks of life, some that have traveled from out of state for me to marry them, in backyards, at gardens, and under arches draped in white roses. I’ve cried, laughed, danced, and prayed with families. I’ve seen nervous grooms transform into teary-eyed romantics and watched shy brides radiate with confidence as they said “I, do.”

One of the most fulfilling parts of this journey has been standing beside same-sex couples as they boldly and beautifully claim their love. I’ve had the honor of officiating weddings for LGBTQIA+ couples who’ve fought for the right to be seen, heard, and celebrated. It’s been a privilege to help create ceremonies that reflect not only who they love but how they love - with authenticity, pride, and joy. These ceremonies often carry even deeper meaning, and they remind me of why I do this work.

What I’ve learned in these 16 years is this: love is powerful, culture is sacred, and words when spoken from the heart can create moments that last a lifetime.

​To every couple that has trusted me with your vows, thank you. You’ve allowed me into one of the most intimate chapters of your story, and I’ll never take that for granted.

​Cheers to the next chapter! More love stories, more cultural traditions, and more magical “I do’s!”
 
With love and gratitude,
Rev. Yareni Alvarado
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Este mes se cumplen 16 años desde que me presenté ante el altar por primera vez como oficiante de bodas bilingüe. Lo que comenzó como un simple deseo de ayudar a las parejas a expresar su amor de maneras significativas y personalizadas se ha convertido en una vocación que me honra profundamente vivir cada día.

Comencé con orígenes humildes, desde mi pequeña capilla en mi casa, al sur de Oklahoma City. En aquel entonces, era la única oficiante de bodas latina bilingüe en el área de Oklahoma City. No tenía ejemplos a seguir, ningún modelo a seguir y muy poca representación. Simplemente seguí mi corazón, respondí a la necesidad de mi comunidad y abrí mis puertas (literalmente) a las parejas que deseaban una ceremonia que reflejara tanto su idioma como su cultura.​

Como oficiante de bodas bilingüe, he tenido el privilegio único de unir a personas de diferentes idiomas, culturas y tradiciones. He estado frente a cientos de parejas: mexicanas, puertorriqueñas, salvadoreñas, guatemaltecas, dominicanas, venezolanas, colombianas ¡y muchas más! Ayudando a parejas de todo el mundo a fusionar familias, religiones y tradiciones en un momento inolvidable.

Ya sea que estemos presentando el lazo y las arras, votos personalizados o bendiciones bilingües, cada ceremonia refleja la verdad de que el amor no tiene fronteras. A lo largo de los años, he casado a parejas de todos los ámbitos, algunas de las cuales han viajado desde fuera del estado para que yo las casara, en patios, jardines y bajo arcos adornados con rosas blancas. He llorado, reído, bailado y rezado con familias. He visto a novios nerviosos transformarse en románticos con lágrimas en los ojos y a novias tímidas irradiar confianza al decir "Sí, acepto".

​Una de las partes más gratificantes de este viaje ha sido acompañar a parejas del mismo sexo mientras declaran su amor con valentía y belleza. He tenido el honor de oficiar bodas para parejas LGBTQIA+ que han luchado por el derecho a ser vistas, escuchadas y celebradas. Ha sido un privilegio ayudar a crear ceremonias que reflejan no solo a quién aman, sino también cómo aman, con autenticidad, orgullo y alegría. Estas ceremonias a menudo tienen un significado aún más profundo y me recuerdan por qué hago este trabajo. Lo que he aprendido en estos 16 años es esto: el amor es poderoso, la cultura es sagrada y las palabras dichas con el corazón pueden crear momentos que duran toda la vida.

​A cada pareja que me ha confiado sus votos, gracias. Me han permitido entrar en uno de los capítulos más íntimos de su historia, y nunca lo daré por sentado.
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¡Salud por el próximo capítulo! Más historias de amor, más tradiciones culturales, más "Sí, acepto," y mas momentos mágicos.
 
Con cariño y gratitud,
Reverenda Yareni Alvarado

Laura and Brandon’s wedding day was nothing short of magical! Set against the timeless elegance of the chapel at The Springs in Edmond, Oklahoma, their ceremony was a breathtaking celebration of love, family, and culture. It was a beautiful fusion of Colombian and American traditions, woven together with deep care and intention.
 
From the very beginning, it was clear that this wasn’t just a wedding - it was a momentous gathering of hearts from around the world. Family traveled from Colombia, Venezuela, and Ecuador to witness Laura and Brandon’s vows, filling the chapel with love, emotion, and vibrant energy. It was truly a global affair rooted in connection and unity!
 
Laura, of Colombian descent, looked stunning in her gown, radiant with grace and joy. Brandon, with his warm and calm presence, stood proudly by her side, visibly moved by the day and everything it symbolized. Every detail, from the floral arrangements to the personalized vows, had been meticulously curated, and nothing was overlooked. The ceremony itself was heartfelt and tender, with moments of laughter, tears, and cultural rituals like the arras ceremony, and baby Christian Silver (Brandon & Laura’s nephew) making his grand entrance as the ring bearer that made the couple’s story come alive for everyone present.
 
The celebration that followed was just as memorable. Guests were treated to a culinary journey! Colombian dishes full of rich, bold flavors were served alongside classic American fare, creating a delicious harmony that mirrored the union taking place. It was more than just a meal; it was a feast of cultures, a table of love and legacy.
 
The night was filled with dancing, joy, and music that brought generations and cultures together. Watching guests sway to Latin beats one moment and sing along to familiar American favorites the next was a reminder of how love bridges every difference.
 
Laura and Brandon’s wedding was a testament to what happens when two worlds come together in the name of love. Their union was not just about two people becoming one, but about two cultures intertwining, forever enriching one another. It was a day full of meaning, and one that left everyone present deeply touched and inspired.
 
Here’s to Laura and Brandon; may your life together be as vibrant, heartfelt, and beautifully blended as your wedding day!
 
With gratitude,
Rev. Yareni Alvarado

​¡El día de la boda de Laura y Brandon fue mágico! Enmarcada por la elegancia atemporal de la capilla de The Springs, en Edmond, Oklahoma, su ceremonia fue una celebración impresionante de amor, familia y cultura. Fue una hermosa fusión de tradiciones colombianas y estadounidenses, entrelazadas con profundo cariño e intención.
 
Desde el principio, quedó claro que no se trataba solo de una boda, sino de una unión trascendental de corazones de todo el mundo. Familiares viajaron desde Colombia, Venezuela y Ecuador para presenciar los votos de Laura y Brandon, llenando la capilla de amor, emoción y energía vibrante. ¡Fue un evento global, arraigado en la conexión y la unidad!
 
Laura, de ascendencia colombiana, lucía deslumbrante con su vestido, radiante de gracia y alegría. Brandon, con su cálida y serena presencia, la acompañó con orgullo, visiblemente conmovido por el día y todo lo que simbolizaba. Cada detalle, desde los arreglos florales hasta los votos personalizados, fue cuidadosamente seleccionado, sin descuidar ningún detalle. La ceremonia en sí fue emotiva y tierna, con momentos de risas, lágrimas y rituales culturales como la ceremonia de las arras y la entrada triunfal del bebé Christian Silver (sobrino de Brandon y Laura) como portador de los anillos, lo que hizo que la historia de la pareja cobrara vida para todos los presentes.
 
La celebración posterior fue igualmente memorable. ¡Los invitados disfrutaron de una experiencia culinaria! Platos colombianos, llenos de sabores intensos y audaces, se sirvieron junto con la gastronomía estadounidense clásica, creando una deliciosa armonía que reflejaba la unión en curso. Fue más que una simple comida; fue un festín de culturas, una mesa de amor y legado.
 
La noche estuvo llena de baile, alegría y música que unió a generaciones y culturas. Ver a los invitados bailar al ritmo de la música latina en un momento y cantar canciones estadounidenses favoritas al siguiente fue un recordatorio de cómo el amor une todas las diferencias.
 
La boda de Laura y Brandon fue un testimonio de lo que sucede cuando dos mundos se unen en nombre del amor. Su unión no se trató solo de dos personas que se convierten en una sola, sino de dos culturas que se entrelazan, enriqueciéndose mutuamente para siempre. Fue un día lleno de significado, que dejó a todos los presentes profundamente conmovidos e inspirados.
 
Brindemos por Laura y Brandon; ¡que su vida juntos sea tan vibrante, sincera y hermosamente integrada como el día de su boda!
 
Con gratitud,
Reverenda Yareni Alvarado